• Clasifica tus gastos mensuales en fijos, que son los que tienes que pagar de forma obligada en el mes o bimestre, como: la luz, la renta, comida, agua, teléfono e internet, combustible, colegio, y el pago de tus deudas.
  • Después, haz una lista de tus pagos variables, que son aquellos que no se presentan de forma regular, pero que tienes que presupuestar para hacerles frente, como la compra de ropa, reparaciones en el hogar, enfermedades, etc.
  • Finalmente, agrupa tus gastos periódicos, que son los pagos obligatorios durante el año. Aquí se contemplan, por ejemplo: los seguros, las vacaciones, renovación del marbete del vehículo, etc. Te recomendamos sumar el gasto total, y dividirlo entre 12, para aportar el resultado cada mes, y que te sea más fácil enfrentar esos gastos.
  • Es la hora de ordenar tus gastos, por lo que deberás eliminar todos aquellos que son innecesarios.
  • Disminuye los gastos superfluos. Los especialistas recomiendan iniciar los recortes en el ocio, por ejemplo: puedes bajar el gasto en comidas fuera de casa, salir una vez al mes, o sustituir las idas al cine por rentar o el alquiler de películas.
  • Las especialistas recomiendan tener especial cuidado con los gastos pequeños, es decir todas las comprar que haces a diario sin analizar, porque se trata de montos pequeños, pero que en su conjunto suman una gran cantidad. Es aquí donde se presentan las principales fugas del presupuesto. Estos gastos incluyen cuidar más la compra de bebidas, comidas en la calle, dulces, propinas, etc.
  • La prudencia siempre es una buena arma, hay que tener claro que durante las siguientes semanas será imprescindible comprar sólo en función de las necesidades fundamentales, para que, cuando la nube de crisis se diluya, podamos planear los gastos con mayor certidumbre.
  • Ponte una meta con un objetivo concreto: Decide qué es lo que de verdad quieres o necesitas (abono de un carro, unas vacaciones, etc.), y debes tener presente el costo. Después debes ponerte una meta realista, por ejemplo: seis meses para ahorrar lo suficiente. Cada vez que te entren ganas de comprarte unos zapatos nuevos o comprarle a tu hijo un juguete más que realmente no necesita, no olvides lo que realmente necesitas, y pregúntate si deseas tanto este capricho como el objetivo para el cual estás ahorrando.
  • Evitar las deudas. Existen deudas que podrían ser de gran ayuda, tal como la deuda de una hipoteca, o la deuda necesaria para crear un negocio, pero, para ahorrar dinero, debemos procurar tener la menor cantidad de deudas posible.