Para conocer el estado de tu economía familiar, el primer paso es identificar los ingresos y los gastos totales. Toma en cuenta todos los ingresos, tanto de actividades profesionales como aquellos que recibes por concepto de rentas u otros negocios. Haz lo mismo con los gastos, y no olvides incluir el pago de deudas o hipotecas. Una vez que hiciste este análisis, hay dos posibilidades:

Que tus ingresos sean mayores a los gastos. Este es un escenario positivo, porque significa que cubres tus necesidades y las de tu familia, y tienes un excedente para otros usos. Has logrado un manejo sano de tus finanzas, y es recomendable seguir con una distribución planeada de los gastos.

Que los ingresos no te alcancen para cubrir los gastos. Recuerda que debes gastar en función de tus ingresos. Si tus gastos son mayores, empezarás a solicitar préstamos que tus ingresos no te permiten pagar, generando una deuda. Para equilibrar las finanzas, deberás hacer un análisis detallado de todos los gastos familiares e identificar cuáles se podrían reducir o eliminar.